Dicen que de todos los días de la semana, el Viernes (con mayúscula, porque tiene autonomía propia) es el mejor. Es la puerta de entrada al fin de semana, a la plena libertad, a levantarse tarde el día siguiente, a quedar con tus amigos, a ir al cine, de compras, de cañas (y tapas), de paseo...
Pues para mí, en un sentido, es el peor día. Porque los Viernes me conozco a la perfección la esfera de mi reloj, con todos sus arañazos e imperfecciones causadas por el tiempo al pasar. Y me estudio la pared, el teléfono de la oficina, así como las carreras de las medias, como si me fueran a hacer un examen. Es un día peligroso para las relaciones laborales. Yo creo que todos los despidos se realizan los viernes, cuando menor tasa de trabajo se lleva a cabo. Cuidado, amigos, ¡hoy es Viernes y el peligro acecha de nuevo!
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